PROYECTO DRAGONES surgió por la necesidad de tender una mano a quienes nada reciben…

Para apoyar y acompañar a los agentes pastorales y sociales que trabajan en la zona del Chaco Salteño; para que, trabajando juntos, podamos comenzar a erradicar la pobreza extrema y sus consecuencias.

Alimentando el futuro es nuestro lema, a partir de la certeza de que ese futuro no será posible si no se lo aborda desde varios frentes. Y que ese futuro debe construirse hoy!!!

A quienes ayudamos

En el norte salteño, departamentos de Orán, San Martín y Rivadavia, vivían pueblos originarios nómades que se trasladaban por amplias extensiones según las épocas del año y sus necesidades. Los cambios culturales del último siglo -con la aparición de la actividad privada y los desmontes- fueron confinando a estas comunidades a los pequeños asentamientos donde hoy viven, ahora sedentarios: no solo perdieron su modo de vida, también sus fuentes de alimento.

Al no poder subsistir del monte, comenzaron a vivir del asistencialismo, con alimentos enlatados y empaquetados. La falta de acompañamiento, contención y educación ha generado consecuencias en la salud comunitaria: empezaron a aparecer enfermedades que antes no tenían y ahora son endémicas.

La desnutrición severa se transformó en el mayor problema. En Argentina, 6 de cada 10 niños pasan hambre y la mayoría vive en las regiones del nordeste y noroeste argentinos.

Allí donde todo falta, donde ni siquiera la naturaleza ayuda.

Allí, en la más extrema pobreza, viven -en pequeños asentamientos- estas comunidades originarias de nuestro país, abandonadas a su destino de pobreza y escasez, a los días iguales, sin porvenir…

Al consultar a Cáritas sobre el lugar más pobre del territorio nacional, nos indicaron el Chaco salteño, donde los chicos mueren por desnutrición, deshidratación, o crecen con deficiencias orgánicas y cognitivas que nos les permiten salir del letargo en el que están inmersos.

Nosotros

Cuando en 2021 visitamos la zona y a su gente no nos sorprendió lo que encontramos. Pero nos dolió tanto su realidad que decidimos tomar este gran compromiso de ayudar a modificarla.

Así surgió

Respetando sus orígenes, costumbres y cultura, nos propusimos trabajar mancomunadamente para aportarles lo que necesitan: alimentos, agua, sanidad, educación. ¡Tan básico, sí… pero tan necesario y urgente!

Proyectos

Nuestro compromiso nos impulsó a ir más allá. Ampliamos la ayuda a otros dos parajes: Tierra Nuestra (80 niños) y Santa Rosa (70 niños). En nuestra última visita percibimos también el riesgo inminente a las adicciones. Comprendimos que el apoyo no debía agotarse en lo alimenticio, sino que teníamos que encontrar -junto con ellos- otros incentivos para sus vidas.

Nos conmovió su gusto por el folclore. En sus caritas alegres al bailar chacareras, vimos un camino a transitar: nos propusimos aportar dinero para costear las clases de un profesor de danza y estamos preparando trajes típicos para que puedan participar de festivales y peñas.

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